martes

Desmemoriada

El olvido es el consuelo del corazón
 
 
 
 
 
 
   

  Me desvela Octubre lleno de proyectos, de tiempos libres, de espacio en mi cama y un hueco vacío en mis entrañas que celosamente guardo para que nadie lo habite. No hay precio que pague la paz mental, el equilibrio perfecto donde las sábanas desdibujan tu pie en una cama que culmina inmaculada tras una noche sin sexo, sin pasión y sin besos.

Debería poner  el edredón a falta de abrigo humano que me acompañe en las noches. 

 

Y en el momento más oportuno de mis recuerdos. Se percató mi caprichosa sensatez resbaladiza que había olvidado que te quería. 

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