sábado

Te regalo mi alma

 



Quería regalarte, por el mero hecho de compartir, un pedazo de mi alma.   Para que la colgaras en la pared de tu dormitorio. 
Quería posar frente a ti desnuda, hasta que cerrando los ojos consiguieras recordar todos los pliegues las arrugas y los lunares de los que  mi cuerpo dispone.

Quería que se difuminaran los secretos, las dudas y los  miedos que se interponen en su destino y que con un trazo de tus dedos pudieras desdibujar la distancia exacta que recorriera mi cadera hasta tus manos.

Y por querer quise decirte y por querer quise quererte. Y aún sin poder darte todo aquello que tu silencio me exigía 
por el mero hecho de compartir te habría dado todo el cariño de mis entrañas.

Y hoy despierto del aturdimiento de mis sentidos, de mis sueños y de mis ganas  y desvanece frente a mis ojos la ilusión  que me acompañaba al alba.

Recobro la posesión de mi alma, envuelta y con un lazo, pues no había pared en tu dormitorio capaz de soportarla.


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