Un lunes
Después de numerosas relaciones sexuales, de manifestaciones pasionales y de encuentros furtivos, luego de años de rutina marital, Ana ha descubierto, a raíz de un vídeo que fortuitamente ha llegado a sus manos mientras navegaba por internet, que es una persona asexual.
Tiene apenas 37 años, dos hijos de una relación convencional y mantiene relaciones esporádicas con su marido, como parte del ritual, cuando los descendientes lo permiten y ya no tiene más excusas que inventar.
Ana, comprende ahora, que ha usado su cuerpo para agradar a los demás en una búsqueda infantil y romántica de ser complacida por complacer. Y tomará entre sus manos el vibrador que yace en el cajón de la mesita de noche y llegará al orgasmo en una merecida autocomplaciencia.
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