"No te rindas pequeña, corre hasta que tus pies duelan tanto que no notes las lágrimas deslizar por tus mejillas"
De rendirse y otras sabidurías.
Hoy me he rendido y no a ti, ni a tus tiempos eternos que perennemente solícita cumplía con su espera, ni a tus silencios devastadores cuyo eco ensordecían mis tímpanos, ni a tus nulas ganas de tenerme en una posterga infinita del encuentro.
No, hoy me he rendido pero no a ti, ni a tus reproches por mis errores no cometidos, por no alcanzar el suficiente en un examen en el que no me presenté. Por no ver mi reflejo en tu mirada perdida, tan alejada de mí.
No, hoy me he rendido y no a ti. Me he rendido al alma misma, he dejado de bailar en una orquesta sin música, de saltar sobre charcos desecados, de buscarte en mis mejores fantasías.
Me he rendido a mí y así, el nudo que me oprimía el pecho se ha desatado y al salir volando las esperanzas el escudo del dolor me ha arrancado el corazón.
Me he rendido, sí, y ahora... yago llena de esperanza pero vacia de amor.