domingo

Kabbalah

 Soy de las que piensan  fervientemente que el amor lo cura todo y aquí estoy, enferma por desapego.

 

 



   Cada acción desencaneda una reacción inversamente proporcional  a la causa, o de mayores dimensiones  cuando tú eras el afectado.

 Un viernes cualquiera. Cerrar la puerta detrás de ti  y fingir que dentro de casa se para el mundo exterior. Una taza de café reposa en mis manos, la lluvia  tras  los ventanales deja entrar una luz tenue, las nubes, coléricas, escupen contra los cristales empapados. Se quema el incienso sobre la mesa y suena Dawn en el tocadiscos. Podría morir ahora.

  Llevo días dándole vueltas a la cabeza a una frase de Charlize  "la abandoné porque no la merecía" que quizás me persigue porque también yo me culpo de abandonarte a ti,  aunque por un motivo opuesto al de ella: el que no me merecía eras tú. 

  Un pequeño fallo podría desencadenar una catástrofe, como el efecto del aleteo de  las mariposas, una decisión equivocada puede ser el preludio de una vida tan plena de errores como cuando una pequeña mentira te lleva a otra  y en un suma y sigue, te conviertes en espectador de tu propia  farsa.

 Yo, que soy sabia en errar y benevolente a partes iguales, me perdono tantas veces como errores cometo pero mi cuerpo, más intolerante, reacciona a mis fallos provocándome enfermedad. La cabeza, desde que me entregué para olvidarte, me recuerda a diario que algo hice mal y actúa provocándome lesiones en cada uno de mis órganos, no contenta con la perenne jaqueca y empeñada en castigarme por mis equivocaciones, expulsa agujas en cada una de mis micciones. Temo que nunca me vaya a perdonar y como  Theron disculpo mis actos con un :"Me alejé de ti porque me quise por encima de lo que me querías tú",  que es muy por debajo de lo que yo te hubiera querido.

  Y harta de azotes de remordimientos,  heridas que no sangran y fingir que las cosas no pesan, elijo una vida sin dolor, tan monótona como aburrida, alejada de rechazos y decepciones, llena de pelis de fin de semana y siestas de sofá. Sola. Rodeada de libros. Y maldiciendo aquel mes de Febrero en el que te conocí.


 

 




4 comentarios:

  1. Ya verás como no es tan aburrido. De hecho, hay libros que valen más que algunas personas. :)

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  2. La mejor decisión es la que nos permite ser coherentes para alejarnos del vicio de sufrir por lo que no merece la pena... Hay pérdidas que son realmente ganancias, así descubrí a veces. El aburrimiento nunca entre en un ser enamorado de la vida, del vivir. Luego hay que vivir y abrir las ventanas, aunque sólo sea para nos oigan como cantamos a solas, y acudirán las sonrisas... Y (Cabrónidas tiene razón, hay libros muy valiosos y personas que no merecen ni un pensamiento).
    Me gustó mucho leerte.
    Hasta pronto.

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  3. Atrapada en el tiempo.
    Sólo tú puedes escapar... y no quieres escapar...

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  4. Hermoso lo que escribiste, pero tremendo, muchas de esas sensaciones a veces he sentido, sobre todo en mi juventud, cuando sentía que se acababa el mundo si perdía a mi amor, luego con los años uno aprende a ir más pausado, a pensar la vida y las decisiones de otra manera, a quererse y sentirse bien en compañía de uno mismo, a disfrutar esos momentos de soledad y los que se está acompañado.
    Me encantaron tus palabras.
    Un abrazo.
    PATRICIA F.

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