martes

De elecciones

Ahora que finaliza el verano, el otoño se ha convertido en mi estación preferida.



 
 
 
 
La vida es como un juego de cartas, elegir la mano que quieres jugar es dificil, si es entre dos opciones la cosa se complica. 
 
Sin darme cuenta yo no quise ser la elegida, nunca, por nadie, que te escogieran de pequeña, en una familia de cuatro hijos, implicaba excluir a tu competencia, casi siempre un hermano,  cuyo rechazo dolía más que el descarte propio,  y posteriormente, la presión de mantener la pole position o  vivir con la creencia que has podido ser un error  de elección suponía una presión tan alta que mi autoexigencia no era capaz de soportar.
 

El electricista no me elige, me confiesa que no se queda a pasar la noche conmigo por miedo a enamorarse, le gusta desaparecer cuando estoy dormida y yo, que tampoco le elijo, finjo que lo estoy por miedo a que suceda.


Parece que a día de hoy sigo sin querer ser "elegida" quizás porque a mí me cuesta quedarme solo con una opción de todas las que se barajan o puede que mi lealtad no permita comprometerme a estar "ambos" o "siempre" en las mismas condiciones o tal vez, no consiento que me elijan porque prefiero ser el crupier de la partida de mi vida.




2 comentarios:

  1. Todas las elecciones que hemos hecho en la vida nos han llevado hasta hoy.
    En mi caso no sé si han sido afortunadas, o podrían haber sido mejores... además es imposible juzgarlas desde el ahora, no sería justo.
    Al menos estamos vivos.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Coincido con tus reflexiones en dos cosas: Una, que elegir es enormemente difícil pero (yo creía antes que) necesario. Ahora sé que si no acabas eligiendo una opción entre varias, el mundo sigue tal cual y también la vida, aunque para mi ya sea demasiado tarde.
    Y Dos, que eres un ser libre y que nunca debes arrepentirte de serlo.
    Gracias por tu visita a mi blog, Aina.
    Un abrazo

    ResponderEliminar

Pasos