"El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantados"
Martes de sexo y marisco. El preludio augura una noche existosa, sin embargo, la velada culmina a medianoche y cual Cenicienta, mi entusiasmo cambia de expresión.
El vacio del coito sin compromiso, antesala del desamparo, se abre a la soledad que, seductora, te cautiva progresivamente y a medida que te acostumbras a ella con mayor fuerza la eliges de compañera.
En las noches, se repite mientras duermo la sensación de caída libre y provoca despertares que desembocan en días cansados y decisiones equivocadas.
Y entre que los padastros se curan, los recuerdos disipándose, que ya no distingo el azul de tus ojos y sin labios que quiera morder... la vida pasa ante mi estrenada indiferencia.
Al aislamiento sucumbes de manera imperceptible, empieza a manifestarse cuando el ruido de los demás te resulta molesto, no quieres responder a la llamada telefónica de un conocido ni hacer planes de viernes con tus amigas célibes.
Entonces, la caída es inminente. Marian me anima: éste sí. pero yo sé que tampoco. Y en fila india y como moscas en el café, los demás esperan su descarte.
En la calma después de la tormenta persiste el cartel de No disponible. Y brindamos por esta noche efímera que me dejará tan llena de ti como vacía de esperanza.
Sobró marisco?
ResponderEliminarSi sobró envíame un tupper!!!
No le des más vueltas... lo que tenga que ser no depende de la voluntad ni de la planificación ni del cerebro.
Que el destino te trate bien.
Besos.
Ante estos pensamientos, no sé que decir. Me reconozco en ellos por tiempos y, tal vez por eso, me gustó leerte y releerte.
ResponderEliminar