miércoles

Cuando cuanto es demasiado



No satisfecho con la vida que llevas construyes una realidad paralela tan bonita...como la mía.






   Se pudren las flores de la maceta inconformes con el alimento que les suministro. Sabía que ocurriría, no poseo el don  de sanadora de plantas que dotó a mi progenitora. No gozo de la capacidad de sacrificio que supone el cuidar  algo que lucha por no morirse. Como nuestra relación, que murió por agotamiento, para ser más exactos, el mío propio.

  Con trémula mano, a medida que la irrigaba, la angustia de la indudable futura pérdida amenazaba  mis esperanzas y día tras día  se cumplen las temidas expectativas de fracaso. La planta,  lo percibe, anticipándose a mi frustración,  se rinde poco  a poco a lo inevitable ante mi evidente incompetencia. Sospecho que en un acto de generosidad para aliviar mi conciencia.

 Mi madre salvó  su matrimonio, cada día, con una sonrisa perenne en su rostro que camuflaban mis ganas de venganza  y yo, que me rebelo por no ser ella pues no he heredado su perseverancia, del miedo a matar mis plantas de escasez o abundancia de agua....aparto a todos los túes de mi vida. 

  La última vez ni siquiera  te besé con ansia.

 Amenaza lluvia, huele a tierra mojada, quizás dejar la maceta fuera y que fuese la tormenta quién la inundara salvaría mi remordimiento por no saber si quererte fue suficiente o si me faltaron ganas.

4 comentarios:

  1. Todo tiende a desaparecer, a morir: los padres, los amores, las plantas... lo que no desaparece es la tristeza por todo lo que los echamos de menos.

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  2. En las relaciones no hay ciencia exacta ni matemáticas, solo la certeza de que hay una parte que siempre da más que la otra. O menos, según se mire. ¿Quién dijo igualdad? No existe.

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  3. Tu texto tiene una exquisitez literaria única. Me encnató el paralelismo entre el cuidado de las plantas y el cuidado de una relación que va llegando a terapia intensiva. Me gustó muchísimo.
    De paso te cuento, Aina, que si vas a la configuración del blog, en la parte de "diseño", hay un gadget que sirve para que otros blogueros te sigan. Sería maravilloso que otros más pudiesen degustar tan bellos escritos. Te dejo un gran abrazo. Rosana

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  4. Cada uno de nuestros actos tiene relación con todo lo demás dentro de nuestro universo particular. Nada es un acto aislado sin consecuencias. Por ello me ha encantado este paralelismo entre el cuidado de las plantas y el cuidado del amor. Cuando la apatía nos invade, no distingue de categorías a la hora de repartir indiferencia.
    Hermoso texto.

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