miércoles

Cuando cuanto es demasiado



No satisfecho con la vida que llevas construyes una realidad paralela tan bonita...como la mía.






   Se pudren las flores de la maceta inconformes con el alimento que les suministro. Sabía que ocurriría, no poseo el don  de sanadora de plantas que dotó a mi progenitora. No gozo de la capacidad de sacrificio que supone el cuidar  algo que lucha por no morirse. Como nuestra relación, que murió por ahogamiento, para ser más exactos, el mío propio.

  Con trémula mano, a medida que la irrigaba, la angustia de la indudable futura pérdida amenazaba  mis esperanzas y día tras día  se cumplen las temidas expectativas de fracaso. La planta,  lo percibe, anticipándose a mi frustración,  se rinde poco  a poco a lo inevitable ante mi evidente incompetencia. Sospecho que en un acto de generosidad para aliviar mi conciencia.

 Mi madre salvó  su matrimonio, cada día, con una sonrisa perenne en su rostro que camuflaban mis ganas de venganza  y yo, que me rebelo por no ser ella pues no he heredado su perseverancia, del miedo a matar mis plantas de escasez o abundancia de agua....aparto a todos los túes de mi vida. La última vez ni siquiera  te besé con ansia.

 Amenaza lluvia, huele a tierra mojada, quizás dejar la maceta fuera y que fuese la tormenta quién la inundara salvaría mi remordimiento por no saber si quererte fue suficiente o si me faltaron ganas.

lunes

Terapia sin Propina

La ola de  calor deja suspendido en el ambiente un vaho caldente  que me achicharra la piel quemada del sol.

 


 

Noche fuera de casa, y pese a que me cuesta dormir en una cama ajena a la mía,  amanecí con una renovada versión de mí.

Hace años me propuse no mentir y el engaño me persigue en forma de insomnio por una confesión pendiente con el mecánico. 

Desde  mi verdad, infiero la tuya y entre tanta suposición no quise ver las incongruencias. Nunca antes había estado en una historia como la  nuestra, nunca después querría volver a estar y aunque soy de naturaleza ilusa tus contradicciones chirriaban en mi cabeza haciendo tambalear mis ganas de creerte. 

No recordaba qué se siente en una cena de adultos, y aunque fuera menor que yo, de profesión 

y sin tener idea alguna  de saber hacer volar un avión, me convenció su aplomo. Procuró una conversación amena y puso interés en conocer cada uno de los  motivos y los  porqués que me han llevado  a ser  quién soy.  Lejos de fantasear mediasverdades con intención de impresionar,  me deslumbró con mi comida preferida,  preludio de una  velada gratificante.

Nos interrumpió un  reclamo  abrupto, como solían serlo sus respuestas a mis mensajes de whatssap, que atendí con la mejor de mis ganas. Finalizó con el corazón compungido por una falta que me achacaba pero  que no merecía. Quedarme a dormir no estaba dentro de nuestros planes, pero el anfitrión insistió pues tras la inquietud generada, tenía motivos para considerarla la mejor de las alternativas.

No quiero mentir como engaño al operario que intenta arreglar mi coche  ignorando que puse gasolina por diesel.  Estoy dispuesta a desenmascararme. 

Suponía que, antes de que la materia estuviera disponible, el etéreo  tenía que dejar de proyectar, pero me asombré al aceptar la situación inversa contemplando que,  yaciendo en el mismo lecho y aún sin cópula ni culpa,  el lazo invisible que me condenaba acababa de romperse. 

Al amanecer, de camino a casa, solo un arrepentimiento  perturbaba mis sentidos: por los servicios obtenidos, me olvidé, como se despiden los cobardes, de dejar propina sobre la mesita de noche. 




jueves

Libera-Te



La decepción es el resultado de tus expectativas superadas por la realidad.





Pasó, sin esfuerzo, con la facilidad con la  que pasan los granos por un reloj de arena, de manera casi imperceptible. 

Cuando uno se afana en soltar provoca el efecto opuesto por el refuerzo positivo del empeño. Pero soltar significa rendirse, dejar de resistirse,  y cuando menos te lo esperas, cuando sucumbes sucede como cuando el paseante afloja la correa de su perro. La bestia lo nota y ejerce la fuerza necesaria para salir corriendo. Ese animal que reside en mí, de igual modo, se escapó del pesar que infligías en mi pecho.

Ya no hay nada que me aferre a tus recuerdos, nada que me asuste al alejarte. Soy la bailarina a la que le han cedido las  sandalias, el reo absuelto de sus pecados. 

Nací tozuda, llevo mal la incongruencia y mi cuerpo no sabe parar pero mi corazón, que es más inteligente que mi cerebro, entendió aquello de que rendirse es ganar dos veces y en un encantamiento que no soy capaz de explicar, la magia ha sucedido y mi juicio ha claudicado.

 

Me he ganado, tú me has perdido y  ahora es trabajo tuyo darte cuenta. 

 

 

 

Gracias Jorge por el aporte musical.


  https://youtu.be/EzTozA62fDo?si=ItOeGf3MlfZkBPuP

 

miércoles

Caer o Saltar

No consigo desprenderme de esta sensación de que algo va a salir mal.








 

Me sobresalta un sueño que se repite, una caída al vacío que aterriza en  una sensación de  sofoco al despertar que obliga a sustituir el café de ayunas por una ducha de agua fría.

Y con somnolencia en el cuerpo, los días  pasan con tal velocidad que me cuesta discernir el ayer del mañana. 

Al caminar, prudente, elijo los pasos con cautela temiendo que mi cuerpo no responda a mi control, sospecho que  desea precipitarse al vacío en un intento previo de sortear la angustia del sobresalto por la  inevitable  caída.

Olvidé tus errores al momento en el que te disculpaste pero se activa mi recuerdo cuando vuelves a equivocarte. Estoy a punto de saltar.

Crecí preparándome para los malos acontecimientos, los conozco bien, aparecen cuando menos los esperas, cuando parece que el Sol brilla y el mundo es de color de rosa. Después llega el silencio, antesala del ocaso, y mi yo que lo sabe todo, como si quisiera  acelerar  que ese pedacito de lo bueno  terminara, se prepara para que lo malo no le ataque por sorpresa.

Al acecho del mínimo indicio, buscando excusas para saltar.

Presiento que, contigo, ya solo sé moverme dentro de aguas turbulentas e intuyo que provocaré una falta solo para culminar con el salto al vacio antes de que el suelo bajo mis pies tiemble y vuelva a sorprenderme cayendo hacia niguna parte.

 

 

lunes

Caída al vacío

 Cuando un aparato deja de funcionar correctamente hay que  resetear.










 

Las aspas del ventilador dibujan una circunferencia, la brisa y el zumbido que emanan conducen a la introspección y en el eco de mis pensamientos resuena tu nombre.

Las culpas se acumulan como granos de arena en la playa y entre tanta tempestad no hay oleaje que las deshaga, solo las desordena.

La semana amanezaba calma pero a partir del miércoles dio un cambio sustancial que me mantuvo en tensión dentro de la montaña rusa emocional a la que ya estaba deshabituada.

La ola de calor no ayuda a mantener los nervios en reposo y sigo abusando del café buscando una intranquilidad externa que  batalle  con la inquietud que me es inherente.

Soy la misma mujer que conociste, la que te dio tantas oportunidades como límites franqueaste. Pero aprendida la lección que quisiste aplicarme ya no quiero volver al sitio del que me costó tanto escapar y, sin embargo, al alcance de cualquiera, me niego a abandonarte.

Si consigues mantener el peso de la taza sobre la mano, inmóvil, al breve espacio de tiempo tu brazo  dejará de tener la fuerza suficiente que requiere para sujetarla. Lo mismo le pasa a mi ilusión, ya no hay espacio para  resignación que lleve tu nombre.

Pensar agota como cansa correr en círculos tras la incertidumbre. Echo de menos la claridad, la seguridad  del bienestar que nunca supiste darrme. Mi responsabilidad terminó mucho antes de que empezara tu insensatez  y ahora soy yo la que reclamo confianza.

Aquí estoy, la que ya no espera, sin intención de dar un paso para acortar la distancia que nos separa y manteniendo la puerta abierta, lista para echarte, para que no te quedes sin motivos para volver a marcharte.

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes

Adaptación al Cambio

 Decepción y culpa a partes iguales 

 







Alcúdia, 9 am de la mañana.

El Sol asomaba tímido y acariciaba mi piel en la única hora que puedes disfrutar de su presencia en  Agosto. 

Le esperé con toda la desilusión y miedo que mis huesos fueron capaz de sostener. En ese momento habría parado el reloj de la vida para no enfrentarme a mis certezas.

Me atormentaba la cabeza con un qué esperar  cuando ya sabes la respuesta, cuando te resistes a reconocer que estás malgastando el tiempo. El propio y el de los demás. Mis sacrificios tuvieron que sumar para igualarme a sus esperanzas, de tal manera que pesaron más mis culpas que sus anhelos. Preludio de un relato tan anacrónico que perfectamente podría haber escrito yo.

Siempre pensé que sabía adaptarme a la realidad y la imagen que me devuelve el espejo es una mujer de costumbres que  se encariña  con las cosas que le son familiares:  la taza del café de las mañanas, el móvil que almacena los recuerdos que no se pueden plasmar en una fotografía. Soy la que siempre elige los mismos  menús en la carta por miedo a arrepentirse después, la que  se resiste a cambiar de marca de detergente por no arriesgar a equivocarse. Fiel a lo absurdo,  la soltera que se casó con el  olor que emite tu piel en mi cama. 

El encabezamiento no augura una buena historia de amor. La fábula que nunca fue, la que existió solo en tu cabeza, dejó un día de conversaciones largas y sonrisas cómplices. Confiesas que intentaste tocarme la mano y a escasos centímetros de ti, mis garras desaparecieron de tu alcance.

La despedida para mí fue un "adiós",  para ti un "hasta pronto". Hoy tú entiendes el abrazo perenne y los ojos humedecidos. Hoy yo entiendo  que sigo  indisponible.

Encerradme,  pues soy la cruel que va destrozando corazones  ajenos intentando arreglar el propio.





martes

Tiempo contra tempo

No sueñes demasiado, puede convertirse en realidad.

 

 




Todo llega, no tengas prisa,  no vaya a ser que no te pille preparada 

Tarde o temprano tenía que pasar. Un jueves cualquiera. A pesar de evitarlo con todas mis entrañas, pese a los intentos frustrados de alejamiento, a la lucha contra un recuerdo al que me niego a olvidar. Pero tenía que pasar. Billete en mano y una cita, a las 10h, como en el muelle de San Blas pero en esta ocasión, el encuentro  reemplazará a la despedida.

La primera vez que escuché su voz, me invadió un halo de tranquilidad y  a un avión de camino no habría posibilidad de dibujar un futuro cercano en el cuaderno de las ilusiones, era la distancia perfecta para poder controlar sus ganas y mi cobardía.

Pero no hay lejanía cuando uno no quiere que la haya y desde el primer momento estuvo dispuesto a restar kilómetros y sumar certezas . La realidad se interpuso  ante mi confianza cuando uno de sus  mensajes me anunció que  " 10 días de conversación bien valen un café.",  aunque tenga un mar que cruzar, aunque tenga que luchar contra mis tempos que avanzan a cámara tan lenta que parecen haberse detenido. 

Erudito en esquivar miedos, los capea mejor de los que yo los sé lanzar. Si yo no puedo, su templanza  me reconforta. Su convicción proporciona la seguridad necesaria que require un niño cuando se suelta de la mano de su madre al dar el primer paso. 

En ninguna de nuestras confesiones nocturas  le hablé de ti, no sabría qué decir de alguien con el que nunca hubo un nosotros más allá de mis esperanzas. 

Mis relatos contigo aquí terminan, mi historia con él tiene que empezar. 

Sabes que vas por tu camino  cuando sientes  agilidad, no hay atisbo de mariposas por ansiedad, como la  calma que acaricia el mar después de la tormenta o el desahogo que  sientes al llegar  a casa después de un arduo día fuera de ella.

 

A dos días en el horizonte  de los sueños: el boceto de un nuevo hogar, aunque todavía no esté muy segura de que en él  quiera entrar. 

 

viernes

Remitente erróneo

La decepción profunda te abre los ojos pero te nubla el alma.

 


 

 

He recibido flores, sin tarjeta, sin remitente, no sé quién las envía solo sé que no has sido tú. No estoy por adivinanzas, ni ganas de agradecer a quien quiera sentirse merecedor de reconocimiento. No miento cuando digo que nadie ocupa espacio en mi mente y no siento que deba aceptar ofrendas ni amparo receptor de esperanzas.

Entre café y café, un reclamo que aparece como si viviera a la vuelta de la esquina. Insiste en pagar, como la última vez, como todas las veces  y a mí, que no me gusta sentirme en deuda, la culpa me eriza las tripas.

Tras el primer sorbo al líquido, noto su mirada en mi lengua siguiendo el recorrido por mis labios y se aprecia una sonrisa muy frágil en sus comisuras. Mientras intentamos recuperar la cordura yo me pregunto  si a lo que él siente voy a poder ser recíproca algún día . Y tropiezo en una batalla interna  entre el corazón y el cerebro, entre un "inténtalo" y el "no quiero". 

La despedida es cortés, como lo ha sido la conversación: fácil y amena, tan distinta a la que tenía contigo,  como la charla con aquel que no merita. Lo sé bien. Estas cosas el corazón también las sabe, pese a que la cabeza pretende  engañarnos a  ambos, a él por débil a mí, por complaciente.

Mi rutinaria mesa de despacho, vestida hoy con flores rojas,  vibra bajo un mensaje predecible al móvil, leerlo lo confirma, sólo siento un pálpito en mis entrañas de que algo no estoy haciendo bien.  Acorralada entre una cena que no me apetece  aceptar y un rechazo que no quiero confesar...  desaparecer me resulta la mejor de las opciones.

Injusto no poder tomar un café sin paz, injusto no poder hacer la guerra contigo.

Las flores restan en mi mesa. Algún día se marchitarán como se amustian los sentimientos que no cultivas y entonces, quizás entonces,  llegue  otro ramo cuyo remitente no requiera ser  manifiesto y al que  mi dignidad no consiga rechazar.




 

martes

Desconcierto

 La jaqueca sigue atormentándome en pro de un verano tan contradictorio como tu comportamiento.

 

 




 

 La falta de interés es  desconcertante, hiela,  como este gélido mes  de Julio, no consigo abrigar mis carnes tremolosas cubiertas con vestidos primaverales y chaqueta de otoño 

 El frío entra por los pies y se cala en la espina dorsal, congelando el sitio exacto  donde tus defectos me parecían virtudes. 

Entre mis pérdidas, tus livianos recuerdos,  intento omitir también las promesas incumplidas. No hay olvido si no hay indulto y aquí ya no queda mucho por perdonar.

Volver a casa supone enfrentarme a mi niñez, al lugar donde los abrazos no existen. He creado mi propio hogar, lejos de la indiferencia y el menosprecio y me resisto a cruzar el umbral al pasado o a un futuro contigo que me lleve al mismo ayer, tan lejos del hoy.

 

Soy la dueña de las llaves y ya no hay con quién quiera compartirlas. 

 

 



 

Culpa y betún

No hay explicación que pueda saciarme, no hay rendición sin dolor






Al final entendí que lo que más me dolía era haberme equivocado. Me resistía a rendirme como me rebelaba, de pequeña, a abandonar en la playa  el castillo de arena que con tanta ilusión construí un futuro prometedor.

Me he perdonado. Y a ti conmigo. He cambiado la fábula que engañaba mi cabeza por un relato caduco, en el que ambos salimos perdiendo, de un pasado pisado y por un futuro halagüeño y lleno de posibilidades.  

A la par hice las paces con Toni, le perdoné su arrogancia, vi en su soberbia el pozo de sus carencias, las mías y  las tuyas. Mientras él fantaseaba con los pezones rosados de las chicas de la mesa contigua  a la nuestra, yo me perdía en mis pensamientos, fingiéndome atenta a su discurso, ridículo y grotesco a partes iguales. Y os libero de la carga de mi apego herido, no os pertenece,  me reclamo  y recupero de tus devaluaciones, al final fuiste tú el insuficiente para mí.

Ya no quedan rescoldos de odio. Tus presuntas mentiras se quedan contigo, en tu conciencia. Comprendo al niño herido que reside en tus tripas, aquel al que tampoco permitieron jugar con su castillo y, sin protesta, complació a su progenitor.

Y bailaré con el dolor hasta que el cansancio le haga parar. Aunque ya no haya música que suene ni bailarín que me acompañe. Cuesta,  como cuestan las cosas que quieres hacer bien,  cuesta,  como cuestan las cosas que  importan.


Me niego a formar parte de esta frivolidad, a las mentiras y secretos, al bótox contra arrugas de expresión,  a la satisfacción vacía e inmediata, a la recompensa por frustración, a las fotos posadas, al miedo al compromiso y al pavor a no destacar en un mundo de vaginas retocadas y  de bustos de pega que imitan la perfección. 

Y seguiré creyendo en el romanticismo, como fósforo superviviente de una caja de cerillas que siempre estuvo a medio terminar.

Encajo como un  poeta en tiempos modernos, no tengo miedo al abandono, no temo al dolor, soy valiente y  tú no estás a la altura de mis pensamientos.





domingo

Desayuno Sin Diamantes

 "Un hombre roto te castigará por amarlo"




He sufrido una noche larga, sobrepasada entre comas y despertares, entre  calor y  frío, entre sueños y pesadillas. He amanecido tarde y resacosa, sin alcohol, sin fiesta y sin compañía.

Un desconocido me propone un plan que no me apetece hacer con él, solo contigo. Y al ritmo de Sabina le explico los motivos y razones por los que, mi padre, el hombre más feo del pueblo sedujo a mi madre, la más guapa. Por la causa opuesta, él, sin ser el más feo, a mí, sin ser la más guapa, no va a convencerme para que cruce el umbral de mi refugio.

Escribe como si nadie fuera a leerte pero algo me frena dentro y no me deja plasmar los porqués agudos que me afligen el pecho.

La soledad es apagar el teléfono para que no te contacten y a los tres días encenderlo y descubrir que nadie te ha contactado. 

Soy el alterego que siempre ha querido lo que tengo ahora. Levantarme tarde, comer mal, no dar explicaciones y peinarme solo si me apetece.

Éramos incompatibles, como el aceite lo es al agua,  yo tengo frío en verano, tú calor en invierno. Tus duchas templadas eran hielo en mi espalda. Te dolían mis besos masticados y no aguantó tu lomo mis afectuosos arañazos.

Lo sé todo. Lo presiento todo. Desconfiaste de tus ganas.

Siempre he querido lo que tengo ahora y tú has fastidiado mi sueño de ser libre.

viernes

Un día Perfecto en Ninguna Parte

 “He estado esperando a alguien como tú. Alguien que me desafíe. Como una buena chica.”

                   




  La casa ordenada es el preludio a la paz del alma. El palo santo camufla el  olor a marihuana del piso colindante al mío.  Los cambios en uno mismo empiezan en el hogar y persistente la idea de mudarme de residencia cada vez con mayor convicción, como si fuera ésa la solución al resquicio de tu recuerdo que permanece en mi memoria.

 La vida es como un café, algunos lo beben  caliente , otros con hielo, con más o menos cantidad de leche, en vaso o taza, con azúcar o sacarina y un sinfín de opciones que en mayor o menor medida disfrazan el sabor auténtico de la sustancia.  Yo le echo canela, que mi abuela decía que era  el remedio para los males y tú elegiste tomarlo sin mí.

"1 piano y 2031 velas" en estos momentos, como una manifestación,  aparece ante mí el mejor de los anuncios. Y planeo la cita con esmero detalle: no puedo olvidar la toalla, pañuelos ni  chaqueta, que  el piano cala en los huesos y desgarra las penas. Ruego, ilusa, para que la gala sea íntima, que  las velas no deslumbren mi introspección y que se pare el mundo al compás de las teclas.

El  solista no tiene miedo a la soledad, ésa que  hace que uno, en su cobardía, se aísle. A mí siempre se me dio bien esconderme,  huir y escabullirme de los conflictos para después ignorar  el pasado  y  fingir que ir hacia el futuro  es tan sencillo como fácil es pasar la página de un libro. 

 

Fin de semana, preámbulo de vacaciones, la gente es amable y el mundo sonríe. 

  

 

 

 

 

  

 

 

 

 

jueves

El tiempo...se acaba

 Para que los monstruos  no te vean hay que dejar de respirar

 




 Los músculos me recuerdan que ayer estrené nuevo gimnasio, más lejos de casa, más grande, más frío... menos íntimo, querría haber hecho una analogía al alma pero para frivolidades ya estabas tú en  nuestra relación. Aprobé el debut a la incomodidad  bajo el atento escrutinio de ojos curiosos, algunos sin vergúenza ni  disimulo.

Ya no ocupas la mitad de mis reflexiones, te alejas y no me resisto a olvidarte. He recuperado el rincón del que te apropiaste en mi cabeza que antaño dedicaba a  puzzles y  autodefinidos. Y ahora,en lugar de pods de gurús del desamor, son audiolibros los que me acompañan en mis largos paseos a ninguna parte. 

La laca de uñas me hace saber que  los días pasan y se lleva consigo los males y las penas. Hay que echar lo viejo para dejar entrar lo "nuevo" pero no hay puertas en mi morada que permitan su acceso. Me pierdo en mis pensamientos desordenados de las cosas que me quedan por hacer y las pocas ganas de hacerlo.

Planeo días libres llenos de tiempos, de espacios que se me antojan mantener desocupados, de playas y verbenas cuya imagen descarto de mi mente inapetente . Puedo hacer todo lo que quiero y deseo no hacer nada.

Un whatssap propone  un café, me sobran excusas para rehusarlo y me faltan ganas para responder. 

Voy a ver una peli, sin manta,  y comeré  helado con cuchara grande.

miércoles

Resistencia al cambio

 Vengo de  la infancia....de donde proceden todos los traumas

 




 La gente de mi alrededor se empecina en buscarme compañía en un afán de evitarme la clausura del celibato que celoso me acompaña. 

Nada no cambia si uno no cree que deba modificarse y  la soledad y yo nunca nos hemos llevado mal. No necesito nada que no tengo, ni quiero aquello que no me pertenece, ni tu lengua a compartir, ni tus manos que acarician senos que no son los míos.

Nada no cambia si uno no cree que  deba hacerlo y las mentiras salen de tu boca y golpean con fuerza  mi aliento

No elijo lo que previamente no me ha elegido  a mí  y, sin embargo, intento deshacerme del mutismo que me reclamó en propiedad en el momento impúber donde se crearon mis trastornos

Nada no cambias porque no crees que debas cambiar y sigues equivocándote cuando infieres tus miedos en mis torpezas y escudas tus errores en  recelos infundados,... el párvulo temeroso que habita en mí renace de tu desconfianza.

Soy aquella que te miraba a los ojos para que leyeras en ellos lo que mis labios no sabían pronunciar y ahora sé que no sabías leer  pupilas. 

Eres maestro en justificar yerros, infractor impune de castigos. Quizás si hubiera cometido los errores que me achacas ya habría sanado las heridas que tus inseguridades me causaron.

Y, como antaño, comeré piruletas hasta que sanen las llagas purulentas de la niña que reside en un rinconcito lejano de mis entrañas

 

 

lunes

Si te comparo también tú sales perdiendo

 

 "...simplemente porque los huevos no pueden bailar con las rocas"

 



 La ilusión amanece en mí con un nombre distinto al tuyo. Recibo sin desearlo aquello que a ti te costó tanto darme.Y todos los reproches que no te hice se acumulan ahora que no estás, en un intento de  reafirmar las razones para olvidarte.

 La segunda vez en 24 horas que, quizás por despiste,  ingiero amoxicilina por paracetamol, desconozco si en un empeño  deliberado de lastimar la fuente de mis recuerdos.

Dudo de si la jaqueca martillea mis pensamientos o si son éstos  los culpables de las punzadas de mis sienes. En ambos casos,  intentando mutilar los resquicios de tu huella.

Tu evitación por filofobia encajaba con mi ansiedad de  abandono como piezas de dos puzzles  ajenos.

Tengo un viaje pendiente, vacaciones por disfrutar y apatía  por elección que me abruman tanto que por no saber, ignoro hasta por dónde empezar.

Un mail me recuerda que tengo una cena  con 17 desconocidos a la que no voy a ir alegando apetito de paz mental.

viernes

De Soltares

 Nos aferramos a lo que nos pertenence como un niño no quiere soltar el juguete prestado

 

 


   
 Suelta.

Amanece un 10 de Julio gris mimetizando con mi alma. Humedad en el ambiente,  huele a tierra mojada y la bajada de temperaturas, no conforme, amenaza con precipitaciones. Una tormenta de verano, concluyen los entendidos. Una tregua al bochornoso lamento de un estío tan intenso como mis ganas contigo.

 

La disponibilidad emocional retuma en los radares de los solteros como la velocidad  de un kamikace frente a un control policial. Cafés y citas que verifican  que mi corazón está de vacaciones a un lugar remoto, muy alejado de mi pecho.

Soy experta en aferrarme a las expectativas y como parcelas de tierra por labrar...siembro sueños rotos en un campo frondoso de ilusiones.

 

  Suelta.

Una tarde de cine, un paseo por los delirios de la esperanza, un encuentro con aquellas desconocidas que fueron mis amigas,... epílogo de intentos frustrados de olvidarte, como el que sustituye el azúcar por sacarina.

 

Suelta

Y desde el momento que decidiste salir de mis pensamientos me refugio en el tiempo, que todo lo cura, para que como tiritas en herida abierta, sane las llagas que hurgan  mis entrañas relevando la cita del psicólogo por un podcast de autoayuda,

 

 

 

martes

Vacía y sin embargo... tan llena

 Los trastornos no trabajados se contagian como fruta madura contamina a sus compañeras de bandeja.

 

 

 



El vacío lleva tu nombre

 

El lamento de mis tripas predomina sobre el ruido  vacuo de   mis pensamientos . Un café, por compasión. 

Con el vaho del calor que emana la habitación de mi pecho dibujo nubes en las ventanas de mis entrañas. Se respira soledad.

Hubo un tiempo en el que me creí tus palabras, como cuando un niño cree en las de su madre cuando le habla de Santa Claus.  

Ansiedad por transición. Tu distancia me enseñó a acompañarme y ahora no sé estar contigo ni sin mí.

 

 El silencio ensordecedor calma los pasos a ninguna parte. Desespero. Acallo los lamentos de mis vísceras  con algún gurú que promete la  autosuficiencia en spotify

Montaña rusa emocional. No te juzgo, te escucho plácidamente  con el mismo amor de una abuela a un nieto que yace enfermo pero para ti no es suficiente, nada de lo que me concierne lo es y, sin embargo, me eliges, una y otra vez para comprobar  después que no soy apta ni conveniente.

 

Aprobación y devaluación. Y como un perro con sarna, lamo las heridas de mi cuerpo con sobredosis de aliados de los que tanto escaseas y aborreces.

Tu límite es mi condena. Tu distancia mi salvación.

 


sábado

Cinco Adioses

 Explicaban en  intagram, en lugar donde se lee actualmente,  que hasta que no rompes 5 veces con la relación tormentosa no te liberas de ella. 5 veces. Llevamos 6 pero ésta  no dolió.




El aire es denso, las cortinas se contonean al son de una brisa caliente, el ventilador gira las aspas a ritmo acelerado como si quisiera romper con el bochorno del estío, como si se pudiera viajar al futuro arrancando las hojas de un calendario.

 

Avanza la serie en el televisor con mi  mirada fija  en la pared blanca de tan inmaculado  tono que permite entrar en trance a los pocos segundos. Las voces de los actores se alejan y son apenas perceptibles para mis tímpanos enmudecidos.

Si pudiera  caer al abismo que se me antoja a los pies del sofá podría suspenderme en el espacio, este aire tan denso que pretende abrasarme la dermis mientras yace  el cuerpo esclavo de mis pensamientos.

Ascendería hacia la estratosfera, suavemente, como los besos que acariciaron  tu espalda y llegaría a la cabeza del cielo. Quizás, desde ahí, todo se vería más claro: colarme entre las nubes y habitar entre tus sesos.

 Se han cargado al que parecía el protagonista, no sé cómo ha sucedido, como también ignoro qué ocurrió aquel día que decidiste abandonarme. Tu mente tiene razones que mi corazón no entiende.

En la consciencia el calor se lleva peor. 

 

 

 

jueves

Un casi que nunca llega

 Casi te llamo ayer

 

   "Lo nuestro fue una multiplicación por cero, por muchas cifras que tenía para reproducirte el resultado era inexistente"

 

    Casi te llamo ayer hasta que recordé  que a ti te faltaron horas del día, días en la semana 

    y semanas en el mes para regalarme tu tiempo.

 

               Y hasta he perdido la cuenta de los mañanas y lo ayeres que me debes.


Casi te llamo ayer, igual te casi llamo mañana.

Por si te interesa

"Me he levantado tres veces a calentar el café que se enfría en mis manos a medida que mueren los recuerdos que, celosa, te guardaba mi memoria."






Y vengo a contarte que ya no tengo redes sociales, para encontrarme fuera de ellas, que me he comido de una sentada la bolsa de dátiles y que en un acto de rebeldía he roto los seis meses de abstinencia de harina. 

Déjame que te cuente que me opongo a perder tu imagen en mi cabeza como se resisten las aves a abandonar su nido cuando  el invierno acecha. 

Sigo contando que ya no sonrío con los ojos,  soy comercial sin comisión de ventas, un rictus de melancolía se ha apoderado de mis comisuras y ansío un golpe en la espada de que todo va a ir bien o que no te vas sino que  te acercas.

Enloquezco con un falso presentimiento de esperanza de que apareces tras una esquina y fantaseo con pernoctar en tu compañía, que me hace el alma más alegre y la noche menos fría.

Permíteme que te cuente, porque no quiero olvidarme,  que me esfuerzo en entender de dónde salieron las expectativas frustradas que destrozaron las ilusiones de lo que sí me dabas.

Que los días con tu ausencia son eternos como efímeras eran las tardes cuando sentía tu presencia.

Consiénteme que  cuente, porque me niego a olvidarte, los te quieros que me callo para que tus oidos nunca atiendan.





viernes

Te regalo mi alma

 



Quería regalarte, por el mero hecho de compartir, un pedazo de mi alma.   Para que la colgaras en la pared de tu dormitorio. 
Quería posar frente a ti desnuda, hasta que cerrando los ojos consiguieras recordar todos los pliegues las arrugas y los lunares de los que  mi cuerpo dispone.

Quería que se difuminaran los secretos, las dudas y los  miedos que se interponen en su destino y que con un trazo de tus dedos pudieras desdibujar la distancia exacta que recorriera mi cadera hasta tus manos.

Y por querer quise decirte y por querer quise quererte. Y aún sin poder darte todo aquello que tu silencio me exigía 
por el mero hecho de compartir te habría dado todo el cariño de mis entrañas.

Y hoy despierto del aturdimiento de mis sentidos, de mis sueños y de mis ganas  y desvanece frente a mis ojos la ilusión  que me acompañaba al alba.

Recobro la posesión de mi alma, envuelta y con un lazo, pues no había pared en tu dormitorio capaz de soportarla.


martes

Y cuando aún puedas más...ríndete

"No te rindas pequeña, corre hasta que tus pies duelan tanto que  no notes las lágrimas deslizar por tus mejillas"

 

 De rendirse y otras sabidurías.

 

    Hoy me he rendido y no a ti, ni a tus tiempos eternos que perennemente solícita cumplía con su espera, ni a tus silencios devastadores  cuyo eco ensordecían mis tímpanos, ni  a tus nulas  ganas de tenerme en una posterga infinita del encuentro. 

  No, hoy me he rendido pero no a ti, ni a tus reproches por mis errores no cometidos, por no alcanzar el suficiente en un examen en el que no me presenté. Por no ver mi reflejo en tu mirada perdida, tan alejada de mí.

 


 No, hoy me he rendido y no a ti. Me he rendido al alma misma, he dejado de bailar en una orquesta sin música, de saltar sobre  charcos desecados, de buscarte en mis mejores fantasías.

 

   Me he rendido a mí y así,  el nudo que me oprimía el pecho se ha desatado y al salir volando las esperanzas  el escudo del dolor me ha arrancado el corazón. 

   Me he rendido, sí,  y ahora... yago llena de esperanza pero vacia de amor.